SEMINARI D'ANÀLISI DE L'ACTUALITAT
Hace un par de días, no recuerdo el
número exacto, El País publicaba, siguiendo la línea habitual dados los
recientes acontecimientos ocurridos en París, una serie de noticias que
formaban un enorme bloque sobre yihadismo en Europa. Al final de dicho bloque,
ocupando un espacio mínimo, aparecía un titular que describía los recientes
atentados perpetrados por el grupo islamista Boko Haram en Nigeria.
El pasado martes 20 de enero, el primer
bloque de la sección de Internacional en El País (y al que se daba más espacio)
estaba dedicado a Argentina. Concretamente se trataban las causas,
consecuencias y hechos derivados de la repentina muerte del fiscal Alberto
Nisman, hombre a cargo de la investigación del atentado contra el edificio del
AMIA, en julio de 1994, y cuyo trasfondo sigue a día de hoy sin esclarecer.
Otros periódicos como por ejemplo el ABC
informaban también ampliamente de este suceso, poniendo a disposición del
lector gráficos, imágenes, análisis y descripciones detalladas incluso
tachables de sensacionalistas.
También en la sección de Internacional,
esta vez de La Vanguardia, aparecía una entrevista a dos filipinos de
ascendencia española unos días después de la visita del Papa Francisco a
Manila, hecho que a su vez se había tratado en toda la prensa con bastante
uniformidad.
Cuando Cristóbal Colón pisó lo que él
llamaría “Las Indias”, en octubre de 1492, poco podía imaginarse hasta qué
punto se mantendrían los ecos de una colonización que va quedando cada vez más
lejana. La era del imperialismo, de los reductos españoles desperdigados por el
mundo, es hoy patrimonio histórico y ni tan sólo queda la pérdida de Cuba como
recuerdo real y vívido en la mente de ningún ciudadano.
Sin embargo, Boko Haram, apenas
invisible, eclipsado por la Europa presa del pánico; mientras dos días después
Argentina acapara la mitad de la sección de Internacional de un periódico
generalista; mientras la visita del Papa da pie a oír la voz de filipinos que
pisan tierra que un día fue española.
Todo ello es un reflejo de un
acontecimiento interesante que se produce en el seno de los medios de comunicación,
y que de hecho es uno de los criterios de selección de noticias con más peso:
la proximidad. Argentina, un día colonia española, tiene con España unos
ligámenes estrechísimos, empezando por la lengua, el vector de unión cultural
más poderoso. Filipinas es, también a su vez, un reducto de población descendiente
de los fenicios, visigodos, árabes, romanos y muchos otros que un día poblaron
la Península Ibérica.
De ahí los ecos de la colonización
plasmados en forma de periódico. Ahora bien, ¿es este un centralismo nocivo? ¿Significa
una hipocresía irreprochable, un darle la espalda a cosas importantes? ¿Va en
detrimento de una calidad informativa total, de un medio de comunicación verdaderamente
global? ¿O es únicamente la plasmación de los intereses de un pueblo?
Habría que preguntárselo a ese mismo
pueblo.
Nuria Ribas Costa
Nuria Ribas Costa
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